ESTA EMPRESA SE HA CONVERTIDO EN LA PRIMERA PANIFICADORA CON TRES PRODUCTOS RECONOCIDOS CON EL SELLO DE GARANTÍA Y CALIDAD TIERRA DE SABOR
De leña, rústica y castellana, las tres joyas de la casa, las barras que le han servido a El Horno de Ángel para convertirse en la primera panificadora con tres productos incluidos en Tierra de Sabor, marca de garantía que tiene como fin distinguir en el mercado determinados productos agroalimentarios producidos, elaborados y transformados en Castilla y León.
Basta con probar alguna de estos panes para percatarse de por qué cuentan con este sello de garantía y calidad, pues lo crujientes que son y la esponjosidad que caracterizan a estas barras bien merecen un reconocimiento.
De los tres productos amparados por la marca del corazón amarillo, Ángel Crespo, el fundador y propietario de la empresa (ubicada en la calle Orfebres, 4, del Polígono Industrial de Palencia), destaca la barra castellana, el producto estrella de El Horno de Ángel. “Es la que marca la diferencia, porque tiene dos fermentaciones lentas y más harinas (de malta y de centeno)”, señala Ángel para argumentar el por qué del éxito de este pan, que tanto está gustando.
De los productos que salen de la factoría, estas tres barras son los más reconocidos, pero no son, ni mucho menos, los únicos; en El Horno de Ángel también se elaboran otro tipo de panes, como panecillos bregados, pequeñas chapatas para la hostelería y fabiolas, que cuentan con la marca de calidad Fabiola Palentina.
Además, su producción también abarca el amplio sector de la bollería, pudiendo encontrar, entre otros productos, ochos, palmeras y berlinas con la firma de El Horno de Ángel en numerosos puntos de venta de la capital y la provincia palentina, pero también en localidades de las provincias limítrofes León y Valladolid, pues esta empresa, de raíces villadinas, ha conseguido traspasar fronteras.
El Horno de Ángel dispone de unas infraestructuras que han permitido aumentar la producción y, consecuentemente, incrementar el número de trabajadores que integran la plantilla. Todo ello hace posible que la empresa mantenga la innovación como uno de los pilares fundamentales de la compañía y que no deje de fijarse objetivos; ¿el de este año? “Empezar a trabajar las masas de precocido, para que el pan termine de hornearse en los puntos de venta”.
